miércoles, 21 de diciembre de 2022

Valle de Yerri

          Santa Catalina de Alejandría



Nada más acercarme al lugar llamado Las Casetas de Ciriza, en el Valle de Yerri, puedo ver este edificio. Situado en medio del campo, las plantaciones de cereales le rodean, mostrándonos sus perfiles desde cualquier lado por el que te acerques. Actualmente es un descampado, hace siglos un poblado..

Edificio restaurado el siglo pasado con gran acierto, es imprescindible visitarlo para conocer el Románico Rural Navarro. Tal vez sea una afirmación pretenciosa, justificada en que es el edificio románico que más me gusta de la Comunidad Foral. Siempre teniendo en cuenta que, dentro de lo que en su dia llamaron Románico, hay una serie de estilos bastante diferentes. 

Su construcción está datada a finales del S. XII.

Es bastante peculiar. Afortunadamente conserva su perímetro original, una pequeña nave, con una cabecera -àbside-- en forma de tambor, la portada en el muro sur, y una pequeña espadaña en el muro oeste. El muro sur y el ábside con una magnífica sillería, mientras que en los otros dos predomina la mampostería.   El tejado, de lajas de piedra.

Sus muros fueron levantados con sillares muy bien trabajados, con un basamento en la zona del ábside reforzado. Sin contrafuertes exteriores, bien planificado.



Una vez que alcanzas la fachada sur, no puede dejar de llamarte la atención la simplicidad de la portada: dos simples arcos apuntados sin ningún tipo de decoración, salvo una moldura superior. Y sí he mencionado que llama la atención es porque esta simpleza de la portada contrasta con el fino  labrado de capiteles y canecillos externos, aunque ahora recuerdo que sito sobre  esta portada, un canecillo muy peculiar, una cabeza masculina, burlona, nos saca la lengua.



Canecillos: sin lugar a duda contribuyen a resaltar esta construcción, bajo mi punto de vista. Están situados en el ábside. Son fantásticos y me entusiasmaron desde la primera vez que los vi. Y seguramente lo hacen con cualquiera que vaya a visitarlos.

No hay temática en la colección de canecillos,  en su mayor parte animales; me resulta chocante que haya estudiosos del tema que con mucha imaginación relacionan alguno de ellos con la religión cristiana:



En uno, está esculpida una mujer dando pecho a un niño. Es curioso que la cara de la misma no haya llegado a nuestros días debido al buen estado en que se conserva el resto. Hay quien afirma que se trata de la Virgen María dando pecho al Niño Jesús. Evidentemente esta afirmación está dada por las creencias de la persona. Yo puedo dar mi opinión y se trata de algo bastante más cotidiano, existente desde la antigüedad hasta prácticamente nuestros días. Para ello debemos tener en cuenta la gran mortandad de madres y de hijos en el momento del parto y el periodo inmediatamente posterior. Esta desgraciada situación daba lugar a madres sin niños y a niños sin madre. La práctica habitual es lo que ahora llamamos ama de cría, mujeres que proporcionaban la leche materna a hijos de otras personas cuya mujer había muerto en el parto o poco después. Y también sería conveniente recordar que esta alimentación se prolongaba durante años. El capitel refleja simplemente este hecho. Una ama de cría alimentando a un niño que no es suyo. O simplemente una madre alimentando a su hijo. Ambas cosas muy cotidianas en la época.



Al otro capitel le dan una explicación que simplemente me produce hilaridad, ¡incluso ahora mismo me estoy riendo! Tenemos en el mismo la cabeza de un hombre que con un dedo se está abriendo el ojo en esa clara actitud de que te estoy viendo, y que tiene una inscripción: "Sanso García ". Por ello dicen que se trata de Sansón. Lo que yo no sabía es que Sansón fuera vasco, porque con ese apellido no puede ser otra cosa. Evidentemente se trata de alguien con una relación importante con este edificio, ya sea escultor o cantero o quien suministraba fondos o cualquier otra relación, probablemente el constructor. Pero desde luego, el  Sansón bíblico, no..



El ábside está dividido en tres partes por medio de dos columnas adosadas.  Ambas tienen capiteles con diferentes figuras y temáticas, de una gran calidad. En la parte central del mismo nos encontramos con una bonita ventana de medio punto, y entre las esculturas que la conforman podemos destacar los capiteles, una de ellas compuesto por una pareja de grifos y el otro por una pareja de arpías.



Este es uno de los escasos edificios románicos de los que quiera conocer el interior, ya que normalmente lo que más me gusta es la construcción exterior, por supuesto sin ningún tipo de añadido que tanto daño les hace, aunque es evidente que forman parte de su historia y haya que respetarlo.

Un edificio que hay que conocer.


P.D

Podría hablar de epístola, el Evangelio y cabecera y pies, tocados y cimacios, chambranas y ajedrezado, zócalo y basas, presbiterio y paños, apegado y adosado.... Tantos y tantos conceptos utilizados por las personas entusiastas románico, pero no es el objeto de este post ni lo será en ningún otro.

Y todavía menos desde que he constatado que, siendo una referencia en el estudio y divulgación del románico, hay quien oculta información básica que no es de su agrado. 

Escribo para quien quiera leer, y me gustaría que se comprendiera lo que digo. Quien sea un iniciado comprenderá perfectamente de lo que hablo, y quien no lo sea, supongo que también. Es mi deseo haberlo conseguido.




martes, 13 de diciembre de 2022

Santa Criz, ejercicio de Imaginación.

Imaginación...  Sueño...  ¿Pesadilla?


El otro día tras haberme comunicado que podía ir a recoger el coche a las 10 de la mañana, rápidamente, junto con el pequeño, acudí a Santa Criz con la esperanza de llegar antes de que enterrasen la intervención de este año.  Ya la conocía, pero me hubiese gustado ver sus últimos momentos,

Al acercarme,vi las marcas de las ruedas de la máquina en la cuesta, también a las personas en su transporte, lo que me dio a conocer que ya había sido enterrado.

Era hora de utilizar el recurso que nos habían recomendado el día anterior:  la imaginación para recrear Santa Criz. Bajé del coche y comencé. 

Inmediatamente entré en el Centro de Interpretación del Yacimiento, un pequeño edificio en el que lo primero que nos sorprende es una magnífica maqueta del criptopórtico actual. Rodeado de paneles explicativos por las paredes y una pantalla donde poder ver audiovisuales de Santa Criz; otra pantalla nos proporciona acceso al Museo Virtual. También vemos réplicas de diferente material encontrado en el mismo, entre las cuales hay una que llama mucho la atención: nuestro querido "togado".

Satisfecha mi curiosidad y abonado el precio de la visita, esta vez por libre aunque hay magníficas visitas guiadas, me encamino por una vía que cruza el aparcamiento y se dirige hacia el barrio que existió en el llano, bajo la colina. No obstante, cambio de opinión: en un futuro lo haré. Más tarde que temprano tendremos más información de este lugar. Aunque también ahora existe quien podría proporcionarla, pero no parece que haya mucha intención de hacerlo.

Así que vuelvo por la vía, y subo por el actual acceso.

No he recorrido muchos metros cuando llego a un lugar que me atrae muchísimo y, cómo no, nuevamente mi imaginación trabaja y trabaja y trabaja, disfrutando estos momentos: Un muro de mampostería, tan parecido y tan diferente de los demás; un muro que debió ser en su día impregnado con algún producto para aumentar su resistencia y cohesión, proporcionándole ese color tan peculiar. Un muro que terminaba apoyado en esa zona vertical de la ladera sur del castro vascón, tras formar un ángulo y creando un lienzo recto de unos diez o quince metros (soy  muy malo calculando), tramo fortificado posiblemente con una torre en su extremo, que servía de custodia y defensa del acceso al castro, con su puerta, que además ponía en riesgo a un posible atacante ya que su costado derecho quedaría expuesto a las defensas superiores de la cresta. Es mucha imaginación ya que no he podido acercarme hasta allí. Lo he intentado un par de veces pero la vegetación existente y restos, ya sea de derrumbe o de algún edificio, no me animan mucho a acercarme. También imagino una pequeña fuerza legionaria, vexiliatio de la Legio II que ha tomado posesión de ese lugar, compuesta de veteranos que han llegado a Santa Criz para adiestrar diferentes cohortes que serán reclutadas en la zona y patrullar la calzada. Para ello utilizarán el castra construido en Los Cascajos, término de Aibar.

Continuó subiendo, un poco cansado de imaginar, y por ello aprovecho para entrar en las termas situadas unos metros antes de llegar a la plaza que precede al foro, antiguos almacenes, con un pórtico que protegía su entrada de las inclemencias del tiempo, y que se apoyaban en el criptopórtico hasta el día en que decidieron construir ese foro tan monumental y tan necesitado de excavación y musealización. 

Imagino la basílica encima del criptopórtico, y esta vez decido acceder al foro por su lado sur oeste, subiendo las escaleras que desde esta plaza permiten acceder al mismo (es que la palabra "crujía" no me gusta mucho). No sin antes acceder al sucellum para reflexionar un poco y solicitar a los dioses mucha más financiación para el actual equipo.

Situado en la plaza del foro, tengo que eliminar mentalmente ese montón de piedras y sustituirlas por una plaza porticada, con edificios a sus lados, el templo, la curia, estatuas ecuestres y del emperador, con un bonito empedrado y unos capiteles que son la   envidia de la comarca. Al mismo tiempoveo pasear a la gente de la época romana, ocupados en sus negocios o dirigiéndose hacia sus casas. Me gustaría que un día no fuera solo imaginación, o al menos no tanta imaginación, puesto que con un poco de voluntad ya podríamos tener dispuesto para nuestro disfrute el perímetro del foro completo. No es que no haya voluntad, ya me entendéis; lo que no hay son euros. Y aprovechar el auge de la Recreación Histórica.

Podría seguir imaginando un castro vascón que se va apagando poco a poco: todavía hay personas que se aferran a su pasado, conviviendo con la nueva forma de vida desarrollada totalmente en la parte este del cerro y en el aterrazamiento de la colina en su vertiente sur. 

He caminado por el cerro hasta su extremo sureste, pisando tierra, hierba, sillares... contemplado toda la extensión de Santa Criz desde ese privilegiado lugar, disfrutando también de su necrópolis y de su Vía Mortuoria. Sin embargo me cuesta mucho más imaginar, sobre todo por la desatención con la que, a mi modo de ver, los sucesivos Gobiernos de Navarra tratan este yacimiento. Y por desgracia no pudo imaginarme el día en que lleguen a apoyarlo de una manera  eficiente .

Quierp dar gracias desde aquí a todos aquellos que luchan y hacen posible que no se hunda el proyecto, me temo que cada vez más amenazado. 

Es lo que afirma mi marginación


La muralla romana de Santa Criz

Peculiares hiladas Hace tiempo que despertó mi atención y no puedo evitar, cada vez que disfruto de la visita de Santa Criz, situarme frente...